Para mantener el ciclo de vida natural, los Mayas escogían dos guerreros que los represntaran en un toraneo llamado Pitz.
Esta vez los guerreros escogidos con este honor fueron Hunahpu e Ixbalanqué. Ellos tienen que probarse a sí mismos en una serie de desafíos para derrotar a los señores de Xibalbá.